Jonathan Benito, neurocientífico, sobre cómo quedarte dormido en 2 minutos: "Esta estrategia es la que mejor me funciona"
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El insomnio y las dificultades para conciliar el sueño son cada vez más habituales en una sociedad marcada por el estrés, las pantallas y los ritmos acelerados. Dormir bien se ha convertido en un reto para millones de personas, pese a que el descanso nocturno es esencial para la salud física y mental. Ante esta situación, la ciencia ha buscado soluciones prácticas y accesibles que ayuden a mejorar la calidad del sueño.
El neurocientífico Jonathan Benito, investigador y profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid, ha explicado en sus redes un método que, según estudios, permite quedarse dormido en apenas dos minutos. Se trata de una técnica utilizada por el ejército norteamericano durante la Primera Guerra Mundial para garantizar su descanso en condiciones extremas.
El método que aplicaba el ejércitoBenito recuerda que se descubrieron dos factores incompatibles con el sueño: el movimiento y la actividad mental. “Es muy difícil quedarse dormido si hay órdenes musculares de movimiento. Entonces, cuando tú te metes en la cama, lo que ocurre es que hay micromovimientos o ligeras tensiones que dificultan mucho el inicio del sueño. Para evitar esto, lo que proponían era una relajación total”, explicó el investigador.
El proceso consiste en relajar cada músculo del cuerpo de forma progresiva, empezando por la frente, los ojos o la lengua, y descendiendo hasta los pies. Muchas personas ya logran dormirse en esta primera fase. Sin embargo, la técnica incluye un segundo paso fundamental: detener los pensamientos.
Para frenar la actividad mental existen varias opciones. Una es imaginarse tumbado en una canoa que se balancea suavemente sobre un lago en calma. Otra es practicar una meditación clásica, tratando de vaciar la mente. Pero el neurocientífico destacó la que considera más eficaz: “Una tercera estrategia, que es muy poco intuitiva, es la que mejor me funciona. Es decirte no pensar, no pensar, no pensar. Mientras estás pensando no pensar no se introduce ningún bucle de pensamiento y como estás relajado, te va entrando somnolencia”.
El resultado de esta combinación fue sorprendente. Según Benito, “la eficacia que consiguieron fue brutal. El 96% de los soldados se dormía en los primeros dos minutos”. Todo ello, incluso en escenarios de guerra, con ruido, tensión emocional y consumo de cafeína. Eso sí, el neurocientífico subraya la importancia de practicar la técnica: “El pero es que tienes que entrenarlo durante seis semanas. Hay gente que lo consigue la primera semana y gente que necesita seis o siete semanas. Eso sí, una vez que lo dominas es brutal”.
El Confidencial